La gestión estratégica empresarial se ha vuelto más crucial que nunca en un mundo empresarial en constante evolución. La capacidad de adaptarse rápidamente a un entorno competitivo en constante cambio es fundamental para el éxito de cualquier organización. A lo largo de los años, hemos sido testigos de una notable evolución en los modelos de seguimiento utilizados para la implementación y el despliegue de acciones en planes estratégicos. Desde el tradicional Balanced Scorecard (BSC) hasta el actual y ágil modelo basado en Objectives and Key Results (OKR), estas transformaciones reflejan la necesidad de las organizaciones de ser ágiles y enfocarse en resultados medibles.
Durante décadas, el BSC fue el modelo de referencia para el seguimiento estratégico. Se basaba en cuatro perspectivas clave: financiera, procesos internos, aprendizaje y crecimiento, y satisfacción del cliente. Aunque proporcionaba una estructura sólida para el seguimiento estratégico, el BSC a menudo resultaba en procesos lentos y burocráticos. Las organizaciones se dieron cuenta de que necesitaban una forma más ágil y centrada en resultados para prosperar en un mundo empresarial caracterizado por cambios rápidos.
En contraste, los OKR han surgido como una alternativa moderna y efectiva. Este modelo, popularizado por empresas como Google, se centra en establecer objetivos ambiciosos y medibles junto con resultados clave que indican el progreso hacia esos objetivos. Los OKR promueven la agilidad, la alineación y el enfoque en resultados concretos.
La transición de BSC a OKR se debe en parte a la velocidad del cambio empresarial en la era digital. Las organizaciones se han dado cuenta de que deben ser más ágiles para adaptarse rápidamente a las condiciones cambiantes del mercado. Los OKR permiten a las empresas pivotar rápidamente y centrarse en lo que realmente importa en un entorno competitivo que cambia a un ritmo vertiginoso. Además, fomentan la transparencia y la colaboración, ya que los equipos pueden establecer y rastrear sus propios OKR, lo que impulsa un sentido de propiedad y responsabilidad.
Si bien el BSC sigue siendo relevante en ciertos contextos, los OKR ofrecen una alternativa moderna que se adapta mejor a las demandas cambiantes de las organizaciones en la actualidad. La elección entre estos modelos depende de la cultura y los objetivos específicos de cada empresa, pero indudablemente, los OKR están transformando la forma en que las organizaciones gestionan y logran su éxito estratégico en un entorno competitivo y en constante evolución. Adaptarse y enfocarse en resultados medibles son las claves para el éxito a largo plazo en la gestión estratégica empresarial.
El seguimiento por OKR (Objectives and Key Results) y el Balanced Scorecard (BSC) no son necesariamente incompatibles; de hecho, pueden ser complementarios en ciertos contextos y organizaciones. La elección entre uno u otro, o la combinación de ambos, depende de los objetivos y las necesidades específicas de la organización.
Complementariedad:
Visión Integral: El BSC se enfoca en proporcionar una visión integral del desempeño de la organización a través de múltiples perspectivas, incluyendo la financiera, los procesos internos, el aprendizaje y crecimiento, y la satisfacción del cliente. Esta perspectiva holística puede complementar los OKR, que se centran principalmente en el establecimiento y seguimiento de objetivos específicos y resultados clave.
Estrategia a Largo Plazo: El BSC es útil para establecer métricas a largo plazo y monitorear el progreso hacia la visión y la misión de la organización. Los OKR, por otro lado, tienden a ser más orientados a resultados a corto plazo. Combinar ambos enfoques puede ayudar a las organizaciones a equilibrar sus necesidades de seguimiento a largo y corto plazo.
Cultura Organizacional: Algunas organizaciones pueden tener una cultura arraigada en el uso del BSC y no desean abandonar completamente este enfoque. En este caso, pueden optar por mantener el BSC mientras introducen gradualmente los OKR en áreas específicas o equipos que requieren una mayor agilidad.
En resumen, la compatibilidad o complementariedad entre OKR y BSC depende de cómo se diseñen, implementen y gestionen en una organización en particular. Algunas organizaciones pueden encontrar que combinar ambos enfoques les permite aprovechar lo mejor de ambos mundos, mientras que otras pueden optar por centrarse principalmente en uno u otro, según sus objetivos y cultura. La clave está en adaptar estos enfoques de gestión del rendimiento de manera que se ajusten a las necesidades y la estrategia específicas de la organización.
Juanjo Puchol
Desarrollo de Negocio