EL DESARROLLO PROFESIONAL COMO VENTAJA DE LA PYME

El desarrollo profesional del equipo es una de las tareas que toda empresa debe llevar a cabo como vía para aumentar la rentabilidad a través del engagement del equipo humano con la compañía.

La realidad actual es que todas las empresas coinciden en querer ser líderes del mercado, un liderazgo que debe llevar aparejado, también el ser las más innovadoras del sector. Sin embargo, esto es algo que deben conseguir hacer realidad a través del desempeño excelente y constante de sus empleados. A través del desarrollo profesional del capital humano.

El hecho de ser una empresa con una estructura pequeña, y/o apostar por el aplanamiento de dicha estructura, puede generar que los empleados actuales y/o futuros perciban un alto grado de estancamiento profesional que les genere sentimientos de frustración y desmotivación.

Si los empleados de una empresa carecen de motivación de desarrollo profesional, difícilmente la empresa podrá conseguir desempeños excelentes que garanticen el logro de sus expectativas de negocio.

Del mismo modo, si los futuros empleados prevén pocas oportunidades de crecimiento en la pequeña empresa, difícilmente la empresa podrá conseguir a los mejores empleados para crecer en su estrategia de negocio.

EL PAPEL DE LA PYME EN EL DESARROLLO PROFESIONAL

Para contrarrestar esta causa de insatisfacción del empleado actual o futuro, la dirección debe asegurar que la empresa es capaz de ofrecer y asignar tareas retadoras y de mayor responsabilidad a sus trabajadores. Esto es, la pequeña empresa debe ser capaz de generar una estrategia proactiva de recursos humanos que le permita:

  1. Planificar el orden de puestos de trabajo.
  2. Valorar los desempeños excelentes.
  3. Dirigir carreras profesionales.
  4. Identificar y desarrollar las habilidades necesarias para progresar dentro y a través de las familias de puestos existentes.

El desarrollo profesional debe ser una opción empresarial estratégica si la pequeña empresa quiere sobrevivir en un entorno global y cada vez más competitivo. Y es que basar el éxito profesional únicamente en ascensos verticales, supone un sistema de desarrollo profesional sino imposible, muy difícil de mantener ya no sólo en la pequeña empresa sino en todas aquellas que apuestan por simplificar su estructura organizativa.

No Obstante, y según el informe elaborado por NUBELO, una de las claves por las que la gente se está empezando a decantar por el trabajo en una PYME es, precisamente, el desarrollo profesional que ofrecen estas empresas. Tal y como señalaban los encuestados en dicho informe, las pequeñas empresas son una fuente mayor de oportunidades de desarrollo profesional respecto a las grandes multinacionales.

LAS CLAVES ESTRATÉGICAS

Entonces, ¿cuáles son las claves estratégicas de generar una estrategia proactiva de desarrollo profesional en la pequeña empresa?

Si tenemos en cuenta que el crecimiento profesional adquiere un papel protagonista a la hora de garantizar una mano de obra competitiva en la pequeña empresa, ésta no puede basarse en un programa formativo de baja prioridad que se ofrezca si la empresa va bien.

Existen otras formas de desarrollo profesional que son signo, no sólo de mejora profesional,  sino también de reconocimiento y valoración del talento de un empleado dentro de la pequeña empresa.

Estamos hablando de generar un sistema de desarrollo profesional que promueva la rotación de puestos y movimientos laterales entre otras medidas, que deben dejar de ser vistos como “pobres” o síntomas de “estar haciendo mal las cosas”, y pasar a considerarse fuente de motivación e impulso en la trayectoria profesional de los empleados con más potencial.

GENERAR OPORTUNIDADES DE DESARROLLO PROFESIONAL

Ser capaz de generar oportunidades de carrera y desarrollo profesional representa el “saber-hacer” de la empresa independientemente de su tamaño. Y es fundamental, en este punto, detectar cuáles de esas competencias (ese “saber-hacer”), son las que le proporcionan a la pequeña empresa su ventaja competitiva, así como la capacidad que tiene la empresa de mantener esa ventaja competitiva en el futuro.

Ofrecer mayor variedad de tareas o que el empleado pueda desenvolverse en un mayor número de puestos de trabajo a lo largo de su trayectoria profesional, es una fuente de motivación ya que se generan expectativas de futuro. Pero, también, porque al estar formados en distintas habilidades es posible que roten periódicamente en distintas funciones, lo cual reduce la frustración a la que se ven sometidos si solo piensan que van a realizar la misma tarea sencilla durante toda su vida laboral.

El desarrollo de carrera es fundamental tanto para el empleado como para la pequeña empresa; así mismo, atrae a trabajadores responsables y repele a los perezosos o que prefieren acomodarse en un mismo puesto que con el tiempo desempeñarán con menor productividad (la ilusión de los comienzos no dura eternamente).

En el desarrollo de carreras profesionales dentro de la pequeña empresa, tanto los empleados como los empresarios deben colaborar y responsabilizarse de su diseño, desarrollo y control. Por eso, aterrizar estas principales claves es fundamental en el desarrollo de la propia compañía. Un tema del que hablaremos ampliamente en el desayuno de trabajo del próximo 13 de junio en Grupo Ifedes. ¿Nos acompañas?

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