El Design Thinking es una de las claves de la innovación estratégica. Esta innovación se ha convertido en una necesidad en un momento en el que los mercados son más volátiles y en el que muchas compañías siguen padeciendo “miopía empresarial”, una falta de visión que provoca la inercia estratégica.
El Design Thinking es una herramienta de innovación abierta u open innovation enfocada al desarrollo de negocio y a la innovación en las organizaciones. Una vía de hacer frente a la inercia estratégica en la que muchas empresas están instaladas y que les permite ganar mayor competitividad.
Por tanto, podemos definir el pensamiento de diseño como una metodología ágil que desarrolla la innovación estratégica y que se enfoca en comprender tanto las problemáticas como las necesidades reales de los usuarios para ofrecerles soluciones mejores. Una combinación de investigación y valor para el usuario humanizando la tecnología, negocios y productos. Es por ello que, este método de innovación estratégica es muy eficaz en la mejora de procesos, el desarrollo de productos, la creación de nuevas empresas o en la definición de modelos de negocio.
Según Tim Brown se trata de una disciplina que usa “la sensibilidad y métodos de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas con lo que es tecnológicamente factible y con lo que una estrategia viable de negocio puede convertir en valor para el cliente y en una oportunidad para el mercado”.
No obstante, el Design Thinking trabaja en torno a tres variables:
- Las necesidades de las personas.
- Tecnología sencilla.
- Aportar valor para el cliente y oportunidades de mercado.
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EL DESIGN THINKING EN EL PLAN EMPRESARIAL
El día a día de la organización favorece que podamos estar desconectados de los cambios que está experimentando el consumidor, la tecnología y hasta los modelos de negocio.
Ante esta situación recurrente, la metodología Design Thinking permite a las empresas combinar el pensamiento analítico de la gestión basado en herramientas estandarizadas con el inductivo, es decir, nos permite lograr la eficiencia en la gestión del negocio de hoy, pero creando a la vez el negocio de mañana.
Por tanto, podemos decir que el proceso del Design Thinking es un desarrollo en el que la visión estratégica debe ser el denominador común. Este proceso se compone de cinco fases:
EMPATIZAR
En esta fase, el objetivo principal es observar y buscar información para conocer y comprender las necesidades de los usuarios finales de nuestros servicios o productos. Esta fase de investigación es pura y se apoya tanto en herramientas cuantitativas como cualitativas complementarias para poder resolver problemas.
DEFINIR
Tras la investigación anterior y con los datos recogidos, hemos de pasar a su interpretación, detectando patrones de conducta que nos ayuden a extraer los insights u oportunidades de innovación estratégica para solucionar los problemas que tiene nuestros proceso, servicio o producto.
IDEAR
Tras comprender los problemas de nuestro público, hemos de ser creativos y utilizar el pensamiento lateral para proponer ideas disruptivas y novedosas enfocadas a satisfacer las necesidades de los usuarios. De éstas se seleccionarán aquellas ideas que ofrezcan una solución efectiva y que estén alineadas con los objetivos empresariales.
CREAR PROTOTIPOS
Una vez que ya tenemos una idea viable, hay que darle forma. Para ello necesitamos prototiparla y hacer algo físico y tangible con lo que poder constatar las ideas anteriores. Esta fase puede ser muy extensa, porque tendremos que desarrollar varios prototipos antes de dar con el perfecto.
EVALUAR O TESTEAR
Si en la fase anterior hemos creado un prototipo que hemos probado en el seno de la empresa, ahora llega el momento de acercarlo a los usuarios para que puedan probar su funcionamiento y así establecer posibles mejoras, cambios y aprendizajes.
EL DESIGN THINKING vs LA INERCIA ESTRATÉGICA
Hoy en día, es más necesario que nunca conocer cómo funciona el cerebro de los consumidores y todos los cambios que se producen en su comportamiento. Por este motivo, el Design Thinking se centra en las necesidades que tienen los clientes.
Esto quiere decir que hemos de huir de la inercia estratégica en pro de encontrar nuevas y disruptivas fórmulas que nos permitan alcanzar nuestros objetivos. El pensamiento de diseño está orientado a la acción, por lo que hemos de comprobar si la estrategia que se ha diseñado en la oficina es realmente eficaz y viable.
Vamos a reducir los riesgos al utilizar esta metodología porque vamos a crear un prototipo o un producto mínimo viable. Esto quiere decir que vamos a desarrollar una estrategia para un producto, proceso o modelo de negocio que, con las características básicas, nos permita evolucionar y hacer correcciones pronto y con un coste mínimo.
Así, podremos realizar las modificaciones que necesitemos lo antes posible y evitaremos un fracaso costoso en un futuro no tan lejano que pueda llevarnos incluso a la quiebra de la empresa.
Por último, si implementamos la estrategia que hayamos definido con anterioridad y nos mantenemos alerta, tendremos la capacidad de detectar los cambios que se producen en el entorno e iterar la estrategia.
APLICACIONES DEL DESIGN THINKING
No hay duda de que podemos aplicar esta metodología de innovación estratégica en cualquier sector y ámbito. Desde la industria de la alimentación a la del calzado y la moda, pasando por la educación, marketing, servicios de diseño, la industria del software y las aplicaciones, la farmacia u otras soluciones industriales.
Por otro lado, con este método podemos mejorar procesos, desarrollar nuevos productos o determinar modelos de negocio. Lo más importante es que trabajemos la solución desde la perspectiva del cliente final, ya que cada persona tiene unas necesidades diferentes que cubrir. Con la aplicación de este método conseguiremos la mejor adecuación de nuestro producto o servicio para los consumidores.
En definitiva, el Design Thinking es una metodología ampliamente utilizada. Cada vez más, las empresas y organizaciones optan por su implantación en el desarrollo de soluciones exitosas gracias a la combinación de equipos multidisciplinares, que ofrecen puntos de vista totalmente distintos, y al conocimiento de los usuarios debido a una previa observación para poder encontrar soluciones centradas en ellos.
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