Una planificación estratégica de una empresa requiere un trabajo de análisis del pasado y de toma de decisiones respecto al camino que se ha de seguir en el futuro. Por tanto, se debe evaluar aquello que ha dado resultado y aquello que no; es aconsejable recopilar datos de todos los indicadores establecidos. A continuación, se debe fijar el trayecto que se quiere seguir en el próximo año. Esto requerirá establecer objetivos y nuevos indicadores, además de una forma de medirlos de manera clara y objetiva.
En resumen, es necesario decidir cuál será la visión que fije el destino al que se quiere llegar, los valores que marcarán la cultura de la empresa durante el proceso, las áreas en las que se enfocará la actividad para conseguir las metas y los objetivos que se quieren lograr. Por otro lado, es básico indicar las formas en las que se planea conseguir esos objetivos y cuáles serán los indicadores para medir el éxito del trabajo realizado.
Visto todo esto, las siguientes son algunas de las pautas más importantes a seguir a la hora de realizar una planificación estratégica.
- Identificación de metas. Hay que analizar cuáles son las metas que se han propuesto y si son realistas y alcanzables.
- Determinación de metas realistas. Los objetivos deben ser claros, sensatos y medibles.
- Temporalización. Es necesario trazar un plan de acción con fechas determinadas que ayuden a marcar el ritmo y alcanzar los objetivos.
La reflexión estratégica es, en suma, clave para mejorar el desempeño de una empresa, pero es solo el principio de un proceso aún más complejo. Cuando la reflexión produce una serie de conclusiones, estas deben poner en marcha un modelo que ejecute las nuevas metas marcadas de una forma planificada y estratégica.
Reflexión estratégica de cara a un nuevo año
El proceso de reflexión estratégica permite a las empresas analizar de forma crítica su visión, misión, modelo de negocio y plan estratégico. Y, dada la crisis derivada de la pandemia por COVID-19, quizá no haya habido un momento más adecuado en muchos años para llevar a cabo este tipo de análisis empresarial.
La reflexión y la planificación estratégica son la forma más segura de conseguir un negocio competitivo, con una estrategia de empresa que resista los imprevistos y los grandes cambios y retos que se presenten en el futuro.
Qué indicadores intervienen una reflexión estratégica
A la hora de llevar a cabo una reflexión estratégica, es necesario fijar una serie de indicadores que ayuden a medir los resultados obtenidos por la organización en el pasado. Este análisis se basa en la misión, la visión y el modelo de negocio que se haya mantenido durante los años recientes.
Los indicadores KPI sirven para medir cuál ha sido la evolución de los parámetros que están asociados a las diferentes metas perseguidas. Cada uno de estos objetivos estratégicos lleva aparejados unos KPI que facilitan la medición objetiva del progreso, y además proporcionan datos para respaldar una toma de decisiones más sólida.
Cada KPI tendrá, por tanto, una meta que describa el resultado deseado dentro de un plazo establecido. Los objetivos son un elemento clave en la reflexión, y proporcionan expectativas fijas y medibles.
Por tanto, los indicadores sirven para medir el grado de consecución de una meta estratégica. Por su parte, estas metas representan los valores que se desea alcanzar en cada indicador en un periodo determinado de tiempo.
El proceso de diseño de indicadores genéricos incluye cuatro pasos. Son los siguientes.
- Diseñar los criterios para definir los indicadores.
- Evaluar la realidad actual en comparación con esos criterios.
- Llevar a cabo una lluvia de ideas sobre los indicadores.
- Evaluar y seleccionar indicadores definitivos.